Para esta boda viajamos al norte a la localidad de Arbucies, en la provincia de Girona, un lugar mágico rodeado de densos bosques y paisajes de cuento.
Los novios alquilaron para el evento, que duró todo un fin de semana, una finca de ensueño: Can Riera la Pineda. El acierto fue total ya que contaba con diferentes y especiales rincones donde tuvo lugar cada parte en que se dividió la celebración.
La ceremonia, celebrada en medio de un pinar, fue super emotiva, con personas muy allegadas formando parte de ella que crearon la atmósfera más cuidada y conmovedora. El cocktail se montó en un hermoso jardín con piscina donde muchos invitados, incluido yo, pudimos bañarnos para hacer frente al tremendo calor que hacía.
La fiesta estuvo a cargo de un DJ al que conocieron en unas vacaciones por la costa gaditana que marcó el ritmo de un fin de semana irrepetible.